Reflexión sobre las lecturas - 26 de julio de 2020
Genesis 29:15-28
Matthew 13:31-33, 44-52
Cosas que me vienen a la mente al reflexionar sobre las lecturas -
- No siempre obtienes lo que quieres, o
- Lo que ves no siempre es lo que obtienes, o
- Las cosas no son siempre lo que parecen.
Solo mira lo que le pasó a Jacob ... eligió a Rachel pero se despertó con Leah. La vida a veces cambia de la noche a la mañana y lo que tenemos no siempre es lo que hemos elegido o pedido.
Aquí es donde entra la fe ... y elegimos, o no, confiar en que están sucediendo más cosas en la vida de las que podemos ver o comprender.
¿Podemos mirar la semilla de mostaza, la más pequeña de las semillas, y ver el poderoso árbol que contiene? ¿O estamos limitados al aquí y ahora, lo lógico y lo verificable?
Las cosas no son siempre lo que parecen. Una lección que aprendió Jacob: su noche de bodas prometía una cosa, la luz de la mañana traía otra. Lea no es a quien eligió, esperaba o quería, ¿cómo estaba cumpliendo Dios su promesa?
Sin embargo, de alguna manera debemos confiar en que Dios está ahí, como la levadura que trabaja para transformar la harina en pan, leudando, cambiando, para alimentarnos y nutrirnos. Y nada puede separarnos de ese amor.
Solo una pequeña cantidad de levadura tiene un gran poder. Lo mismo ocurre con el tesoro del amor de Dios y el poder de compartir ese amor como Cristo nos enseña ... al compartir ese amor, podemos hacer una gran diferencia. El poder leudante y cambiante de la vida de Dios está presente y activo en nuestras vidas en todo momento y no importa si lo ve, lo comprende o lo cree. Ya está ahí. El poder fermentador de Dios dentro de nosotros puede hacer más de lo que podemos pedir o imaginar. Lo que vemos no es TODO lo que obtenemos ... incluso cuando las cosas no salen como esperamos o imaginamos que deberían, la levadura de la vida, el amor, la presencia y la sanación de Dios está trabajando dentro de nosotros para transformar y hacer nuevas nuestras vidas. Y a medida que nos hacemos nuevos, podemos ayudar a hacer lo mismo por los demás.
“Y les dijo: 'Por tanto, todo escriba que ha sido preparado para el reino de los cielos es como el amo de casa que saca de su tesoro lo nuevo y lo viejo'”.